Lucha por una incapacidad: 2.200 euros mensuales y 36.000 euros en atraso

Sentencia del 16 de febrero de 2018

El derecho a parar cuando el cuerpo no puede más

Durante años, el trabajo de nuestro cliente fue tan constante como sus dificultades para respirar. Nuestro cliente, agente comercial de profesión, convivía con una enfermedad genética que poco a poco fue cerrándole los pulmones, pero no las puertas de su determinación. La Seguridad Social, sin embargo, se las cerró todas: en 2016, resolvió que no existía ninguna enfermedad incapacitante que le impidiera seguir ejerciendo su oficio.

La respuesta dolía más que la enfermedad. No solo era una negativa técnica. Era una negación vital: la de que su cuerpo ya no podía continuar, que desplazarse constantemente para atender a los clientes suponía una carga incompatible con su salud. Pese a ello, el Juzgado de lo Social rechazó su solicitud de incapacidad. Según su criterio, la actividad podía desarrollarse con normalidad.

Pero no era así. Y no nos rendimos.

Un recurso de precisión quirúrgica

Cuando llegó a Javaloyes Legal, entendimos que el caso no solo requería una estrategia. Requería rigor, especialización y valentía jurídica. Fe Quiñones, abogada laboralista del despacho, lideró el recurso con una convicción clara: en este caso, el derecho debía adaptarse a la respiración real de una persona, no a la abstracción de una profesión.

El recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid no era sencillo. Su estructura jurídica limita las posibilidades de revisar los hechos probados. Solo una argumentación precisa, casi quirúrgica, podía hacer valer que el tribunal de instancia había errado, no al ver la enfermedad, sino al no comprender sus consecuencias funcionales.

Y así fue. El 16 de febrero de 2018, la Sala de lo Social del TSJ de Madrid estimó nuestro recurso y reconoció lo evidente: que ejercer de agente comercial requiere una actividad física constante e intensa, incompatible con las limitaciones pulmonares graves del cliente.

Una victoria que respira justicia

Gracias a esta resolución, nuestro cliente obtuvo una pensión vitalicia mensual de 2.200 euros, además de 36.000 euros en atrasos por los años perdidos esperando que el sistema reconociera su realidad.

Pero más allá de las cifras, esta fue una victoria respirada. Una de esas sentencias que permiten a alguien, literalmente, volver a vivir sin la presión de tener que demostrar cada día lo que su cuerpo ya no puede sostener.

El valor de acompañar en silencio lo que otros no quieren ver

En Javaloyes Legal, llamamos a esto Bienestar Legal 360º. Porque defender no es solo litigar. Es acompañar en lo invisible: el cansancio crónico, las visitas médicas sin fin, la ansiedad de no llegar a fin de mes, el miedo a que nadie crea lo que uno siente. Por eso no solo presentamos recursos. Trazamos líneas jurídicas donde otros solo ven límites.

Y cuando se gana, como en este caso, no celebramos solo un fallo. Celebramos que alguien pueda, por fin, respirar con dignidad.